Constituir una startup: claves legales para garantizar crecimiento y atraer inversión
La constitución de una startup no es un mero trámite administrativo, sino un momento estratégico en el que se define la arquitectura jurídica y societaria que permitirá el crecimiento del proyecto. Tomar las decisiones adecuadas en materia de tipo societario, estatutos sociales, pactos de socios, propiedad intelectual o cumplimiento regulatorio será determinante para atraer inversores y evitar conflictos internos.
En palabras de nuestro socio Borja García Rato, “la elección del tipo societario, la redacción de estatutos que contemplen la entrada de inversores o la protección frente a la salida de socios fundadores, así como la adecuada previsión de rondas de financiación, son aspectos que deben ser analizados con rigor desde el inicio”.
Tipo societario: la base de la escalabilidad
La elección de la forma jurídica condiciona la capacidad de crecer y captar capital.
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Sociedad Limitada (S.L.): idónea para fases iniciales por su agilidad y bajo coste, aunque más rígida para inversores.
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Sociedad Anónima (S.A.): más compleja y costosa, pero permite mayor flexibilidad en rondas de financiación y emisión de acciones.
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Holding o vehículos de coinversión: recomendables para startups con planes de internacionalización o captación de fondos extranjeros.
Una decisión acertada en este punto evita problemas futuros y hace más atractiva la empresa para la inversión.
Estatutos sociales: mucho más que una plantilla
Los estatutos sociales deben ir más allá de un modelo genérico. Son la hoja de ruta societaria y conviene que contemplen aspectos clave como:
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Protección frente a la salida de socios fundadores.
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Cláusulas de arrastre (drag along) y acompañamiento (tag along).
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Creación de distintas clases de participaciones para rondas de financiación.
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Limitaciones a la transmisión de participaciones.
Unos estatutos bien diseñados son una garantía de estabilidad para el crecimiento.
Pactos de socios: reglas claras para prevenir conflictos
El pacto de socios define la gobernanza real de la compañía y previene conflictos internos. Entre sus cláusulas más relevantes destacan:
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Derechos de preferencia y anti-dilución.
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Mecanismos de resolución de conflictos.
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Cláusulas de vesting para fundadores y empleados clave.
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Pactos de no competencia y confidencialidad.
Sin un pacto sólido, cualquier ronda de financiación puede verse comprometida por diferencias entre fundadores.
Propiedad intelectual: el activo más valioso
La mayoría de startups se apoyan en activos intangibles como software, algoritmos, marcas o know-how. Para protegerlos es imprescindible:
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Ceder la propiedad intelectual desde el inicio a la sociedad.
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Registrar marcas, patentes o diseños estratégicos.
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Establecer acuerdos de confidencialidad y cesión con empleados y colaboradores.
La falta de una cesión clara de la propiedad intelectual puede ser motivo para que un inversor rechace el proyecto.
Marco regulatorio: fintech, cripto y sanitario
Los sectores altamente regulados requieren un cumplimiento estricto:
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Fintech: normativa PSD2, supervisión del Banco de España y la CNMV.
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Criptoactivos: adaptación al reglamento europeo MiCA y registro en el Banco de España.
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Sanitario y biotech: exigencias de la AEMPS y cumplimiento de normativa de protección de datos (RGPD y LOPDGDD).
Anticipar la regulación desde la constitución de la compañía evita sanciones y refuerza la confianza del mercado.
La estrategia legal es la primera inversión
La constitución de una startup define las reglas del juego. Una buena planificación legal permite:
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Evitar conflictos internos.
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Asegurar la protección de los activos clave.
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Facilitar el acceso a inversores profesionales.
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Operar en mercados competitivos y regulados.
En Summons Abogados acompañamos a emprendedores y empresas en este proceso, diseñando estructuras jurídicas que maximizan el valor del proyecto y lo hacen escalable desde el inicio.